Dicen que las reglas están para saltárselas. Pero romper moldes, ser original, apartarse de lo trillado y abrir nuevos caminos -y, encima, hacerlo con inteligencia- no es tarea fácil, y pocas veces obtiene un reconocimiento inmediato.
Pasa con la música, cuando pretende escapar de los convencionalismos. Justo como el debut de uno de los grupos más influyentes de finales de los 60 y primeros 70: The Velvet Underground & Nico (CD 840).